El ácido siálico es un término genérico para una familia de moléculas de azúcar ácidas que a menudo se encuentran en los extremos más externos de las cadenas de glicano en la superficie de las células animales y en algunas bacterias. Estas moléculas suelen estar presentes en glicoproteínas, glicolípidos y proteoglicanos. Los ácidos siálicos desempeñan funciones cruciales en diversos procesos biológicos, incluidas las interacciones entre células, las respuestas inmunitarias y el reconocimiento de lo propio de lo no propio.
El ácido siálico (SA), conocido científicamente como “ácido N-acetilneuramínico”, es un carbohidrato de origen natural. Originalmente se aisló de la mucina de la glándula submandibular, de ahí su nombre. El ácido siálico suele encontrarse en forma de oligosacáridos, glicolípidos o glicoproteínas. En el cuerpo humano, el cerebro tiene los niveles más altos de ácido salival. La materia gris del cerebro contiene 15 veces más ácido salival que órganos internos como el hígado y los pulmones. La principal fuente alimenticia de ácido salival es la leche materna, pero también se encuentra en la leche, los huevos y el queso.
Aquí hay algunos puntos clave sobre el ácido siálico:
Diversidad estructural
Los ácidos siálicos son un grupo diverso de moléculas, con diversas formas y modificaciones. Una forma común es el ácido N-acetilneuramínico (Neu5Ac), pero existen otros tipos, como el ácido N-glicolilneuramínico (Neu5Gc). La estructura de los ácidos siálicos puede variar entre especies.
Reconocimiento de superficie celular
Los ácidos siálicos contribuyen al glicocálix, la capa rica en carbohidratos en la superficie exterior de las células. Esta capa participa en el reconocimiento, la adhesión y la comunicación celular. La presencia o ausencia de residuos de ácido siálico específicos puede afectar la forma en que las células interactúan entre sí.
Modulación del sistema inmunológico
Los ácidos siálicos desempeñan un papel en la modulación del sistema inmunológico. Por ejemplo, participan en el enmascaramiento de las superficies celulares del sistema inmunológico, evitando que las células inmunes ataquen a las propias células del cuerpo. Los cambios en los patrones del ácido siálico pueden influir en las respuestas inmunitarias.
Interacciones virales
Algunos virus explotan los ácidos siálicos durante el proceso de infección. Las proteínas de la superficie viral pueden unirse a residuos de ácido siálico en las células huésped, facilitando la entrada del virus a la célula. Esta interacción se observa en varios virus, incluidos los virus de la influenza.
Desarrollo y función neurológica
Los ácidos siálicos son cruciales durante el desarrollo, especialmente en la formación del sistema nervioso. Están involucrados en procesos como la migración de células neurales y la formación de sinapsis. Los cambios en la expresión del ácido siálico pueden afectar el desarrollo y la función del cerebro.
Fuentes dietéticas
Si bien el cuerpo puede sintetizar ácidos siálicos, también se pueden obtener de la dieta. Por ejemplo, los ácidos siálicos se encuentran en alimentos como la leche y la carne.
Sialidasas
Las enzimas llamadas sialidasas o neuraminidasas pueden escindir los residuos de ácido siálico. Estas enzimas participan en diversos procesos fisiológicos y patológicos, incluida la liberación de partículas virales recién formadas a partir de células infectadas.
Se están realizando investigaciones sobre los ácidos siálicos y se sigue explorando su importancia en diversos procesos biológicos. Comprender las funciones de los ácidos siálicos puede tener implicaciones para campos que van desde la inmunología y la virología hasta la neurobiología y la glicobiología.
Hora de publicación: 12 de diciembre de 2023